Si nos remontamos en la historia, y observamos el Perú allá por los años 1500, recordamos un imponente puerto del Callao durante los tres siglos que duró el virreinato, en donde los ojos de las grandes potencias del mundo como eran España e Inglaterra se fijaron en una cenicienta que al término del virreinato, se le acabó la magia del hada madrina, dando como consecuencia que la 'imponencia' se vaya transformando en la 'impotencia, al pasar el tiempo, el famoso puerto del Callao fue siendo dejado de lado, opacandose ante nuevos puertos que ofrecían a los mercantes mayores ganancias, y quitado protagonismo al Callao en la región. Pero ahora después de un largo tiempo grandes inversores del mundo están viendo si el "zapato de la inversión" le cabe a esta cenicienta dejada de lado.
Grandes inversionistas han puesto el ojo en el proyecto del Muelle Norte, pues claro ejemplo, cuatro de los cinco principales operadores del mundo ya han mostrado su interes en el proceso, de las cuales solo se sabe el nombre de dos: la DP World y APM Terminals, un precedente que atrae mas inversores al proyecto, como abejas al polen.
Ahora bien, también cabe resaltar que el estado esta poniendo óbices a los inversionistas que los obligan a cumplir requisitos para tener una plaza y así poder lidiar el proyecto. Si bien es cierto; que dichas leyes exigen a los inversores, una mayor competencia portuaria, algo que es bueno para la economía del país, ya que al pasar barreras de exigencia será en el futuro un puerto más rentable y mayor flujo del exterior con el Perú; no dejemos de lado que al poner barreras de exigencia para el proyecto, empresas peruanas que salen a flote son dejadas de lado, y cosas como esas son las que hacen que no salgan adelante.
Si bien es cierto, esta fuerte demanda de inversionistas es buena para nuestra economía, veremos a finales de este año si este cuento de hadas termina en un final feliz.
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